Enredadera de esperanzas,
en permanente ascenso al infinito,
transporte de incertidumbres giratorias,
aire gozoso vestido con tus alas,
lenguas de acero suspendidas,
ecos que vagan por las nubes,
torre gigante de los cielos cautivos circulares.
Como un torbellino escucho tu sinfonía inacabada,
los habitantes invisibles de tu universo alado,
las terrazas por donde el aire gira,
vagabundos saludos que retornan,
sombras despistadas de una playa,
reflejos que nos devuelve un destino
haciéndose más viejo y más lejano...
Rodando entre las nubes brumosas,
partícipe de un paisaje desierto,
comprendo que la luz no habita
donde penetra el vértigo,
como un absurdo baluarte inasequible,
como un súbito relámpago
turbando el metal que te sostiene.
Me gustaría surcar tu cielo de promesas,
de miradas furtivas que te desnuden a medias,
cantarte al oído mientras sueñas,
dormirme contigo en la distancia
y en una canción de otoño
apartarte del pasado por los azules profundos
de esta extraña locura, vestida de marinera.
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Mil gracias, queridos amigos y lectores de mi blog, por hacer un pequeño descanso y apreciar la lectura de mis poemas.
Os quedo eternamente agradecida e intentaré devolveros la huella.