Habitando los espacios temporales
Estrella Amaranto
febrero 17, 2020
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Me acostumbré a oler la lluvia
cuando se desataba la tormenta
salpicando con sus gotas la suave hierba,
cuando la tierra húmeda
me inundaba los pulmones,
refrescando el techo de los árboles.
Prefiero las palabras que no se pueden entender
y los pensamientos que nunca se pronuncian,
ser auténtica, aunque no signifique ser idiota,
no salpicar con mis lágrimas
el tranquilo discurrir de otras almas,
conversar sin aparatos tecnológicos,
observando el rostro de quien me habla,
libre de mis propios miedos,
arcilla en manos expertas.
Paseo cuando no hay mucha gente,
y puedo escuchar el canto de los pájaros
o las risas cristalinas de los niños.
Me recreo en el olor del pan recién hecho,
en la ternura que comparto,
cuando te pierdo mirando en la distancia.
Me divierte subirme a tu barco de papel,
navegando por confines de arrecifes
transformada en sirena de tu océano
o en caracola de melódica campana,
languideciendo en la penumbra,
guarecida de las olas y las sombras,
en tu desnudo regazo
en tu rostro de luna,
en tu mirada de nogal y castaño.
Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados