martes, 30 de julio de 2019

Burbujas del asombro

julio 30, 2019 42 Comments
Óleo de Liubov Kuptsova
Las cosas nunca fueron como vemos,
 ignorada expresión de lo innombrable,
reflejando en el agua su hermosura,
en el envés de una hoja
o el canto de un jilguero,
en la cima de los montes
o en la sombra del molino descansando.

Ahora sabemos que en el mundo no cabe
la alegría de los niños o el llanto del hambre
y que el manantial fluye sin miedo
en su lecho esquinado del camino
junto al verdor de los juncos,
las piedras rodadas,
los peces esquivos,
la lluvia en el aire,
la indolente calma
del todo y la nada.

Desde el rincón de los valles,
la claridad imprecisa,
la anarquía y el cansancio,
acompasan lunas y silencios
bajo la carpa de estrellas ambulantes
y planetas que se besan a lo lejos.

La ciudad no duerme, solo sueña,
las aceras turbias coleccionan pisadas,
hormigón clavado en la tierra,
sombras tras los cristales,
burbujas de asombro
que abraza la mañana
mientras la vida se asoma a la ventana.

Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados

domingo, 14 de julio de 2019

Un soneto me acompaña

julio 14, 2019 52 Comments
Desde la cordillera norte vengo,
cribando las espigas del arado,
las alfombras floridas del pasado,
con la cabeza recta me mantengo.

Mis párpados, paréntesis convexos
fundidos en el humo del cigarro,
mis palabras amasadas en barro,
invariablemente los versos anexos.

Nacida del verano y la aurora,
envuelta en pañales y utopías,
con los años me volví educadora.

Lejos del nido y las lisonjerías,
transito por otras calles ahora
con delirios y espejos con miopías.

Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados

domingo, 7 de julio de 2019

Insomnio

julio 07, 2019 32 Comments

Nació el sol en la memoria del silencio,
en las veredas vecinas de la ausencia,
como un sueño dormido
bajo tu sombra.

«¿Cuándo cerrarás tu paréntesis?»,

te pregunté,
«¿y ordenarás los años por vivir
detrás de tu sonrisa congelada?»,

 y tú me contestaste, preguntándome,
«¿sabes cuánto pesa el olvido
y el puñado de arena que aún nos queda?»

Desde que te conocí,
bajo un puente de murmullos 

descalza por la vida
y acurrucada entre mis piernas,
no tuve tiempo siquiera
de invitarte a recorrer mis playas,
a despertar mis ansias,
a moldear mi desnudez
a pervertir mi indolencia.

Regresamos atravesando
las templadas caricias del ensueño,
en la espiral que cruje en lo profundo,
en la diáfana esquina que nos mira
y nos confunde con dos locas,
corazón y luna entre las manos,

cristal y rosas, 
piedras y ocasos.

 Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados