Burbujas del asombro
Estrella Amaranto
julio 30, 2019
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Óleo de Liubov Kuptsova |
Las cosas nunca fueron como vemos,
ignorada expresión de lo innombrable,
reflejando en el agua su hermosura,
en el envés de una hoja
o el canto de un jilguero,
en la cima de los montes
o en la sombra del molino descansando.
Ahora sabemos que en el mundo no cabe
la alegría de los niños o el llanto del hambre
y que el manantial fluye sin miedo
en su lecho esquinado del camino
junto al verdor de los juncos,
las piedras rodadas,
los peces esquivos,
la lluvia en el aire,
la indolente calma
del todo y la nada.
Desde el rincón de los valles,
la claridad imprecisa,
la anarquía y el cansancio,
acompasan lunas y silencios
bajo la carpa de estrellas ambulantes
y planetas que se besan a lo lejos.
La ciudad no duerme, solo sueña,
las aceras turbias coleccionan pisadas,
hormigón clavado en la tierra,
sombras tras los cristales,
burbujas de asombro
que abraza la mañana
mientras la vida se asoma a la ventana.
reflejando en el agua su hermosura,
en el envés de una hoja
o el canto de un jilguero,
en la cima de los montes
o en la sombra del molino descansando.
Ahora sabemos que en el mundo no cabe
la alegría de los niños o el llanto del hambre
y que el manantial fluye sin miedo
en su lecho esquinado del camino
junto al verdor de los juncos,
las piedras rodadas,
los peces esquivos,
la lluvia en el aire,
la indolente calma
del todo y la nada.
Desde el rincón de los valles,
la claridad imprecisa,
la anarquía y el cansancio,
acompasan lunas y silencios
bajo la carpa de estrellas ambulantes
y planetas que se besan a lo lejos.
La ciudad no duerme, solo sueña,
las aceras turbias coleccionan pisadas,
hormigón clavado en la tierra,
sombras tras los cristales,
burbujas de asombro
que abraza la mañana
mientras la vida se asoma a la ventana.