Cuatro modos sucesivos
de renovadas presencias viajeras
de un ayer presente y futuro simultáneo,
desintegrando el éter de tus pupilas.
Canciones permanentes que drenan el olvido,
huertos sembrados de insomnes hojas,
de días confusos escritos con tinta invisible.
Invierno de colinas de nácar suspendidas,
de atardeceres sombríos indigentes,
agonía desvelada tras las caderas del viento,
silencios derritiéndose en la humilde cuna de los sueños,
paisajes mendigos de palabras,
viajeros eclipsando el horizonte,
luces blanquísimas desvistiendo la tierra.
Primavera orgiástica de trinos,
de pompas de jabón indescriptibles,
de polvo de estrellas adornando tus manos,
de azules bengalas amorosas,
de saltarinas bandadas de gorriones,
de cigüeñas en las torres milenarias,
de rosales que rezuman la esperanza.
Verano vespertino de áureos surcos,
de hogueras transformadas en asombro,
de riberas y barbechos,
de rescoldos resecos de cenizas,
de siestas tapizadas de hamaca
acompasando tu biografía
con intervalos de magia cotidiana.
Otoño arrancando la añoranza,
la nostalgia de una flor dormida al sol,
cribando las aristas de los sueños,
destilando la lluvia en los cristales,
en medio del trémulo suspiro,
alfombrando de hojas muertas la tristeza,
tiritando por las calles soñolientas.
de renovadas presencias viajeras
de un ayer presente y futuro simultáneo,
desintegrando el éter de tus pupilas.
Canciones permanentes que drenan el olvido,
huertos sembrados de insomnes hojas,
de días confusos escritos con tinta invisible.
Invierno de colinas de nácar suspendidas,
de atardeceres sombríos indigentes,
agonía desvelada tras las caderas del viento,
silencios derritiéndose en la humilde cuna de los sueños,
paisajes mendigos de palabras,
viajeros eclipsando el horizonte,
luces blanquísimas desvistiendo la tierra.
Primavera orgiástica de trinos,
de pompas de jabón indescriptibles,
de polvo de estrellas adornando tus manos,
de azules bengalas amorosas,
de saltarinas bandadas de gorriones,
de cigüeñas en las torres milenarias,
de rosales que rezuman la esperanza.
Verano vespertino de áureos surcos,
de hogueras transformadas en asombro,
de riberas y barbechos,
de rescoldos resecos de cenizas,
de siestas tapizadas de hamaca
acompasando tu biografía
con intervalos de magia cotidiana.
Otoño arrancando la añoranza,
la nostalgia de una flor dormida al sol,
cribando las aristas de los sueños,
destilando la lluvia en los cristales,
en medio del trémulo suspiro,
alfombrando de hojas muertas la tristeza,
tiritando por las calles soñolientas.
Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados
Código de registro: 1601146246988
Código de registro: 1601146246988
Estaciones que cobran vida en tus letras, hasta el río invierno y el melancólico otoño resultan de los más hermosos en tus versos querida Estrella. Todo un lujo estacional con tu hermosa siembra poética.
ResponderEliminarAbrazo gigantesco envuelto en millones de besos!!!
Tienes la facultad, querida amiga Marina, de absorber el néctar de la Poesía, como una sabia abeja que recolecta la esencia del polen de las flores más bellas, no todo el mundo tiene este don, por lo que me considero una afortunada flor en este inmenso jardin virtual, contando con tu privilegiada presencia.
EliminarUn abrazo infinito que te llegue al alma que te habita y se funda con las olas de mis besos.